miércoles, 5 de junio de 2019

Cine De Luchadores

"Lucha Libre y la Tv"

La primera TV mexicana hizo muy popular los espectáculos seudodeportivos de la lucha libre. A principios de los años 50 cuando las transmisiones de la lucha en televisión se volvían más populares, apareció otro medio que acentuó su popularidad: los cómics, en los cuales aparecían luchadores reales, conocidos por la audiencia mexicana, convirtiéndose en ídolos. El deseo de aprovechar eso, promovió, en 1952, la realización de la primera cinta de luchadores, La bestia magnifica, por Chano Urueta.

El cine de luchadores se prestó para fundirse con diversos géneros: comedia, western y ciencia ficción. Pero su simbiosis más importante sería con el horror, poco cultivada en México desde los treinta. 

El éxito del género dependió de la doble condición de los héroes: podían ser vistos en la Arena México y en el espacio irreal del cine. Pocas veces la cultura popular tuvo representantes tan próximos y tal lejanos. La misma persona que te daba un autógrafo en la lucha del viernes, enfrentaba desafíos extraterrestres en la película del domingo.

La popularidad de este género trascendió las fronteras de nuestro país, al grado de que en Francia se le considera como un producto casi artístico, sin embrago los grandes críticos nunca le hicieron caso, al contrario lo atacaban. 

El Enmascarado De Plata

En 1958 aparecería la figura más importante del cine de luchadores, protagonista de 52 films, Santo: el enmascarado de plata (Rodolfo Guzmán Huerta, 1917-1982) quien por mucho tiempo se negó a trabajar en el cine pero que, a sus 43 años y ante la insistencia de su gran amigo, el luchador y actor Fernando Osés, rueda películas.
Como luchador peleó de 1942 a 1982, periodo de cuatro décadas en el que nunca fue desenmascarado. Desde los años 50 en México era un héroe popular y un símbolo de la justicia para las personas, ya que su personaje trascendió el ámbito de la lucha libre y se transformó en un superhéroe​ al lograr un manejo muy hábil de su imagen en diversos medios masivos.

El estilo de estas películas fue esencialmente el mismo durante las 52 películas que protagonizó, con argumentos donde actuaba como superhéroe luchando contra criaturas sobrenaturales, científicos locos o el crimen organizado.

Santo jamás perdió su máscara plateada en combate y se creó el mito de que nunca se quitaba su máscara. Se retiró de los encordados en 1982.
No sólo el Santo apareció en el cine de luchadores, en 1969 también salió a la luz otro ícono, Blue Demon, y más tarde otros, como Mil Máscaras, Tinieblas, el Rayo de Jalisco y diversos luchadores que se unieron a las apariciones en la gran pantalla.
Un Genero De Culto

El cine de luchadores fue desgastándose, hasta opacarse a inicios de los ochenta, debido a la repetición y agotamiento de los temas y la poca demanda ante las películas del género. 

Se ha vuelto un cine de culto muy apreciado en otros países. Muestra de ello, es la Cineteca Nacional Francesa, que tiene la más grande colección de películas del género.
Así como el fútbol, el mariachi, la virgen de Guadalupe, el tequila y los tacos son parte de la cultura mexicana, también lo es la lucha libre, las máscaras y la imagen del luchador, cuya importancia se la deben en gran medida al cine, ya que sin él hoy serían algo totalmente distinto.

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